Es imposible no ver algún objeto matemático dondequiera que estemos, así como tampoco es posible pensar sin tener en mente algún concepto matemático. Desde tiempos antiguos el ser humano tuvo que inventar la noción del tiempo. Cada día de nuestras vidas podemos observar el amanecer así como también observamos cuando anochece. Hay un ciclo que se repite a cada día y allí están los números, contamos los días, los meses, los años, contamos también las horas, los minutos, los segundos. Allí, aunque no nos demos cuenta, está presente la matemática. Pero no es solo allí, están las formas, están las líneas, están las superficies. Basta mirar todo lo que nos rodea y poder observar algún objeto matemático. La naturaleza misma está llena de objetos matemáticos. El reino vegetal y el reino animal están configurados siguiendo patrones que tienen que ver con la matemática. Eso es así porque la matemática y sus objetos se han ido definiendo precisamente para describir los fenómenos de la naturaleza. Por ejemplo, podemos ver simetrías en los cuerpos, en las hojas de las plantas. Si trazamos un eje imaginario a lo largo del cuerpo de cualquier animal o de nosotros mismos vemos cómo nuestro lado izquierdo es similar a nuestro lado derecho; es decir, somos axialmente simétricos. La simetría es un concepto matemático creado para definir situaciones como esas. Si nos vamos muy atrás en el tiempo, nos encontramos que alguna vez al hombre se le ocurrió inventar la rueda y quizás antes de la rueda se usaron los troncos de los árboles como mecanismo para transportar cosas muy pesadas, piedras, por ejemplo, para construir albergues. Los troncos de los arboles tienen forma cilíndrica. En algún momento entonces, así como se establecieron los primeros conceptos geométricos, líneas rectas, planos, circunferencias, círculos, esferas, triángulos, cuadrados, rectángulos, cubos, paralelepípedos, se definieron también los conos, los cilindros, las pirámides y muchos otros objetos con cualquier cantidad de lados regulares o irregulares (lados iguales o no). Una de las tantas formas matemáticas curiosas que se observan en la naturaleza es la espiral logarítmica que está presente en el nautilus, un molusco de la familia de los cefalópodos cuya concha tiene exactamente la forma de la espiral logarítmica descrita por primera vez por René Descartes, filósofo y matemático francés en el siglo XVII.
Más allá de la simple descripción de formas, se fueron creando conceptos matemáticos para describir procesos, transformaciones, pues, el ser humano comenzó a transformar los elementos primitivos para crear nuevos objetos y de allí surgió el concepto de función. Los procesos y transformaciones son ejemplos de funciones. La descripción más elemental del concepto de función es que una función es una especie de caja negra de manera que por una lado ingresa algo que llamamos x (input) y por el otro lado sale el resultado al que llamamos f (x) (output). Las funciones más elementales que podemos considerar son las llamadas funciones lineales cuya representación gráfica es una recta en el plano. Así que cuando vemos cualquier proceso que transforma una cosa en otra o cualquier mecanismo que produce resultados a partir de insumos estamos en presencia del concepto de función matemática.
Todo proceso computacional o informático está basado en una ejecución de funciones lógicas soportadas por procesos binarios, donde aparecen solo ceros y unos (0 y 1). Así como el sistema de numeración que utilizamos para escribir los
números es el decimal (diez dígitos: 0,1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9) cuya base es diez, las computadoras utilizan el sistema binario, cuya base es dos, utilizando solamente los dígitos 0 y 1, pues cada número puede expresarse utilizando solo estos dígitos (0 y 1); de esta manera los números de uno al diez se expresan como 1, 10, 11, 100, 101, 110,111, 1000, 1001, 1010. Por lo tanto, detrás de cada proceso computacional está la matemática.
De allí que en cada cosa que hoy utilizamos, en cada herramienta o artefacto hay algún concepto matemático o más bien, muchos conceptos matemáticos involucrados. Tomemos por ejemplo, algo que hoy día nos acompaña a todas partes, un teléfono celular. Empecemos por su diseño. ¿Acaso no tiene una forma geométrica conocida? Pero mucho más allá de la forma, cada componente interno ha sido diseñado de manera precisa utilizando conceptos matemáticos, lo que llamamos hardware, ha sido posible por la creación de sistemas automatizados en distintas fábricas. La forma de los circuitos electrónicos que lo componen tiene también su razón desde el punto de vista matemático. Pero lo más asombroso, lo que llamamos software, aquello que hace posible transmitir datos, voces, imágenes a través de él, esa conversión de sonidos e imágenes en ondas electromagnéticas recogidas y transmitidas mediante antenas para llegar al teléfono celular de la persona con la cual nos estamos comunicando, ha sido posible por el trabajo realizado por ingenieros utilizando conceptos matemáticos.
El lanzamiento de cohetes al espacio, el reingreso de naves espaciales a la atmosfera terrestre, el lanzamiento de sondas espaciales, la llegada del hombre a la luna en 1969 son hechos realizados gracias a los cálculos matemáticos efectuados para hacer posibles esas operaciones.
Ese último hito en la historia de la conquista del espacio que recientemente conocimos y pudimos ver como lo es la llegada exitosa de un robot a la superficie del planeta Marte para recolectar toda una serie de datos que nos permitirán saber si existe o existió alguna forma de vida en ese planeta, no hubiese sido posible sin el concurso de la matemática.